Sueño de ilusión cumplido

El domingo 19 de febrero se celebró el desfile de carnaval en Leganés y allí estábamos los casi 170 participantes por parte de la AMPA Francisco de Quevedo cargados de nervios, pero más aún de ilusión.


Nuestra aventura había empezado unos meses antes cuando el equipo organizador de este año, las increíbles Rosa, Cristina y Fátima nos presentaban su prototipo de disfraz en el salón de actos. Ya en aquel momento intuimos que este año todo iba a ser un poco diferente. Un diseño atrevido, con mucho brilli brilli, con tules, telas llamativas… aquello prometía. Y la propuesta fue tan bien recibida que duplicamos la participación de otros años. ¿Cómo gestionar a tanta gente? Menos mal que Iván también estaba en el equipo con su santa paciencia para generar formularios, recopilar datos y lidiar con los mil papeles que hay que presentar en el Ayuntamiento.


Empezamos a recibir el material que siempre iba acompañado del tutorial correspondiente para que todas las familias pudiéramos ir dando forma a nuestros disfraces en casa. Las maquinas de coser echaban humo, las pistolas de silicona llenaban nuestras manos de ampollas y los alambres se resistían a nuestros alicates. Tocaba hacer lo que mejor se nos da: ser una Tribu. Al grito de ayuda acudieron los abuelos, las tías, los primos, la amiga, el vecino… había que sumar fuerzas y ayudándonos entre unos y otros íbamos sacando poco a poco adelante cada pieza.


Los días pasaban y en el patio del colegio las conversaciones que se escuchaban versaban sobre un mismo tema. «¿Cómo llevas los disfraces?», «Aún me quedan unos 2000 ojetes por poner 🤣», «¿Habéis cosido ya los palos a las alas?» Pero no nos íbamos a quedar ahí.


Llegaron los temidos vídeos de las coreografías😱. Eran sencillas pero muy vistosas porque las alas daban tanto juego. Pero…¿y los chicos? Ellos no llevaban alas, ¿cuál iba a ser su baile? Y aquí llegó una de las grandes sorpresas del carnaval. Los participantes de esta edición dieron un paso al frente con sus palos de escoba y asumieron el reto de bailar su propia coreografía.
Los ensayos pasaban y teníamos los tres primeros bailes medio controlados. Faltaba el cuarto. Llegó el día de ver la coreo por primera vez y el inicio de la explicación fue «si nos sale esto, ¡ganamos!» Y de nuevo todas las familias dieron lo mejor de sí mismos y la cosa funcionaba, la fila salía, podía quedar tan bien…


Sábado por la mañana y llega el camión. Al llegar a ayudar a montar la carroza aparece un increíble unicornio alado, un árbol con flores en pleno febrero, nubes… todo el trabajo que tantas horas había llevado a esas personas que habían vivido en el cole los últimos días empezaba a materializarse y terminaba siendo una carroza preciosa.


Llegaba la tarde y había que hacer el ensayo general. Sí, aquello salía. «Un, dos, tres… un, dos, tres, cuatro». Quedaba lo mejor y con ese sueño nos íbamos a dormir.


Domingo 8:00. Primeros mensajes en el grupo. La mitad llevábamos ya tiempo en planta. Maquillaje, calzas… ¡nervios! 10:15 y empezamos a juntarnos junto a nuestra carroza. La música empieza a sonar, ensayamos como podemos apiñados porque… ¡somos tantos!


Arranca el desfile. A disfrutar. Y llega el momento de hacer la fila por primera vez. Y funciona. Llegamos a tribuna y se escucha regular, pero llevamos ensayando en nuestra cabeza tanto tiempo… que también funciona. Los peques hacen su fila y el jurado alucina. La gente aplaude. Llegan los adultos y pasa lo mismo. Estamos dando lo mejor de nosotros mismos. Estamos poniendo en escena toda nuestra ilusión para intentar cumplir nuestro sueño y la gente lo percibe y nos felicitan según pasamos.


Y el desfile se acaba. Ha sido tan corto. Pero estamos contentos, muy contentos. Con la espinita clavada de que el sonido no ha llegado al final de la fila pero buscando ya soluciones para que no vuelva a pasar.


Dan las 18 y nos vamos para la plaza mayor. Hay muchos nervios. Hemos trabajado mucho y se rumorea que hemos gustado, pero sabemos que los resultados no siempre son justos. Pasan los Accesit y no nos nombran. No somos el quinto, ni el cuarto, ni el tercero. Segundo premio para… Andrés Segovia. ¡No somos nosotros! ¡Hemos ganado! ¿Hemos ganado? El speaker va a anunciar el primer premio y recita «érase un hombre a una nariz pegado», los niños lo gritan. «¡Ese poema es de Quevedo!»

PRIMER PREMIO: AMPA FRANCISCO DE QUEVEDO

¡¡Hemos ganado!! Se ha cumplido nuestro SUEÑO DE ILUSIÓN.


Luego tocó la entrega de premios a las carrozas, y ganamos el ¡Sexto premio! Este año había mucha competencia en esa categoría, pero no importaba porque era un buen premio y seguíamos con el subidón de ser los primeros en comparsa infantil/juvenil 👏👏👏.


Nada de esto hubiera sido posible sin todos y cada uno de los que de una forma u otra han participado en este carnaval. Sin las cabezas pensantes. Sin los bailarines. Sin los que han cosido kilómetros de hilo, puesto miles de ojetes y cortado millones de hojas. Sin los que tienen (y tendrán durante un mes mínimo) sus casas llenas de purpurina, fueran a desfilar o no. Sin los que abrieron las puertas del colegio y prestaron aulas para trabajar y guardar material. En definitiva, sin todos los que se unieron a esta locura para que la Tribu pudiera soñar.

Gracias familias y amigos. Gracias equipo organizador. Gracias equipo directivo. Gracias, gracias y más gracias.


El año que viene, ¿repetimos? Mientras os lo pensáis os dejamos con los participantes de este año:


Sigamos construyendo junt@s… 
“Una sola piedra puede desmoronar un edificio” – Francisco de Quevedo –


ENLACES, FUENTES Y AGRADECIMIENTOS:

A cada una de las personas que ha puesto su granito de arena en este carnaval, en especial a las organizadoras del proyecto.